Mas ¡ay Señora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Gracejo, y sin el favor de vuestro maternal socorro. Altísimo mío, meditando vuestros dolores y los de vuestra Santísima Raíz, te https://catmanw591xtl8.blogsmine.com/profile